Los árboles poseen secretos.

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Los árboles son un retrato del tiempo y las épocas difíciles. Beth Moon decidió capturar con su lente los árboles más longevos, para preservarlos en nuestra memoria.

Los árboles poseen secretos. Tienen una edad longeva. Y sus raíces, más que asentarse en la tierra, se han incrustado en el tiempo. Lamentablemente, los fenómenos de la naturaleza pueden destruirlos. La fotógrafa Beth Moon se dio cuenta de esta fragilidad cuando  fotografió un árbol que databa de más de 4, 000 años. Su majestuosidad quedó grabada en su cámara, pero al día siguiente, el árbol fue derribado por un trueno. Desde ese día, Beth juró fotografiar los árboles más antiguos y así, de alguna manera, conservarlos.

La extensión o derrumbe de estos árboles no es fortuita. Muchos sufren tiempos difíciles. Un ejemplo son los quiver, originarios de Nambia. Según Moon, la especie se está extinguiendo por la falta de agua. Una situación similar ocurre con los árboles de sangre de dragón y los baobab, los cuales están en la lista de especies amenazadas. El ambiente escueto e inesperado que enfrentan las plantas está retratado con la cámara Pentax de Moon. Asimismo, el hecho de que imprima cada una de las fotografías con tinta de platino y paladio favorece una atmósfera atemporal y solitaria, por lo que, cuando el espectador las mira, se conecta con el árbol y su vulnerabilidad.

Beth experimentó desde niña aquella fascinación por los árboles. Uno de sus recuerdos más queridos es el de un roble en el que podía reposar todas las tardes. Así, no es casual que cada árbol que fotografía se vuelve una parte importante de ella. El respeto y vínculo que crea con la fauna da otro paso cuando decide acampar a los pies de sus modelos. Cada uno de estos eventos marcó su alma y le han ayudado a plasmar con mayor emoción a los árboles en sus fotos. 

Los árboles son un lienzo muy difícil de encontrar. Para poder retratarlos, Beth Moon inició un viaje en 1990. Las excursiones que dieron origen a esta pasión la llevaron a diferentes lugares. Uno de los sitios más inhóspitos en los que ha estado es Madagascar. Aquí le fue muy difícil encontrar a la musa de su obra, pero sólo fue cuestión de tiempo. El entusiasmo y curiosidad que despertaba su trabajo fue de tal magnitud que los lugareños la ayudaron a hallar el árbol deseado. 

Capturar a través del lente la edad de una planta es algo único. Aunque Moon posee otras habilidades. A lo largo de sus viajes se ha dedicado a hacer una bitácora de los árboles longevos que ha conocido. Gracias a este recuento, ha publicado diversos libros y ha disfrutado del reconocimiento internacional. Su aptitud para apreciar la edad de los árboles es un tema que nos lleva a pensar en nosotros mismos y en cómo el tiempo nos cambia. ¿Seremos siempre un árbol de fuertes ramas?

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Imágenes: 1 a 7) Beth Moon

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