La Cruz de los ladrones…


La historia:
Partiendo de la Cruz de Canto, en el antiguo cruce de caminos de Beratón, Añón y Purujosa, comienza el recorrido. Cuentan que por él huyeron los 10 bandoleros que el 8 de febrero de 1872 asaltaron la iglesia de Beratón, liderados por el Tío Chupina. Aprovechando que todo el pueblo estaba en misa, los encerraron en la iglesia, sacando de uno en uno a los más ricachones para que les entregaran sus riquezas.
Tres jovenes valientes se descolgaron por la Torre de la Iglesia y acudieron a los pueblos vecinos a pedir ayuda, uno fue a La Cueva, otro a Purujosa y otro a Borobia. Los habitantes de esas poblaciones corrieron a ayudar a los de Beratón, encontrando a los ladrones en plena fiesta por el botín obtenido. Perseguidos por los salvadores, huyeron por un barranco sin salida, hasta llegar al barranco de la Atalaya por el que ya no pudieron continuar. Cuentan que allí mismo tres de los ladrones murieron, y que uno de ellos pudo ser «el rubio» al que adjudican amoríos e incluso un hijo con Casta Alvárez, esposa de Gustavo Adolfo Bécquer. Tres cruces grabadas en un Quejigo recuerdan esta sorprendente historia al final del recorrido.
Marisa Yus Grima